Cuando creces te das cuenta de que vivís en una
"realidad" que duele. Ya no existen los finales felices,
ni los príncipes de cuentos, tampoco esa felicidad que nunca se va. Despertas
de un sueño del que quisieras no despertar, es como bajar del cielo a la tierra,
pero no una tierra fértil. Una tierra con posos, con piedras, con varios
caminos que te conducen a lugares distintos.
Vas a caerte, vas a
tropesar, vas a equivocarte.
-Hola,
Bienvenido a la realidad.